Si algo he aprendido en estos años de "amistad inseparable" con la depresión y de mis múltiples ingresos en los psiquiátricos, son la importancia que tienen las rutinas en las enfermedades mentales.
Una buena rutina, acompañada de un descanso reparador de entre 7 u 8 horas de sueño, es que aportan estabilidad, por tediosa que esta pueda ser en un centro como el psiquiátrico.
Ahora que estoy en mi casa algo mejor, he decidido mantener los mismos horarios y debo reconocer que lo que mis terapeutas me habían dicho mil veces tenían razón (curioso, verdad).
Mi rutina ahora es la siguiente; me levanto a las 6 de la mañana de media, desayuno y me centro en acabar los artículos que he dejado a medias por mi falta de concentración y de lentitud cognitiva, de lo cual ya hemos hablado en anteriores artículos, depures cuando sale el sol, procuro salir a la calle una media hora para vencer mi agorafobia, aprovechando que hay poca gente, al menos en mi pueblo, este consejo me lo dio mi psicóloga para vencer la agorafobia, si bien me he quedado en esa rutina y no he aumentado ni el horario ni el tiempo de exposición, al menos he conseguido que me disminuyan las machas en la piel por falta de sol, algo es algo.
Luego me dedico a las labores domésticas para que mi mujer que trabaja, no tenga que hacer nada y se encuentre el plato en la mesa después de su jornada labora, sobre las 12:30h. Por la tarde me ducho, manteniendo así el hábito de higiene, y a eso de las 19h ceno, tal cual lo hacía en el centro psiquiátrico.
En medias de todo esto, la medicación siempre a la misma hora, para ello hago uso de la aplicación del móvil que me recuesta las tomas a cada hora, medicación que me ha preparado mi mujer, ya que por mis anteriores intentos de autolisis yo no tengo acceso a ella, algo importante si sois propensos a usar la medicación como método de suicidio, y después a las 22h a dormir.
Con esta rutina, consigo una estabilidad emocional que junto con la medicación, tan importante es para no volver a caer más bajo de lo que ya estoy.
También debo decir que esta rutina me va de maravilla, ya que se asemeja a la del centro psiquiátrico y llevo unos horarios que van acorde a la rutina diaria de ni mujer, por lo que es un win win.
Cada uno debe encontrar la suya, pero lo que es indiscutible es que una rutina más un descanso de 7 u 8 horas seguidas es una jugada ganadora.
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